sábado, 25 de julio de 2009

Efemérides: 25/7

La mayoría de la gente se permitía suponer que el equipo pertenecía a la parroquia local o que sus miembros tenían profundas convicciones religiosas. El que decidía averiguar un poco más, pronto entendía el por qué de tal denominación.
Se cuenta que un día, cuando el grupo aún no tenía nombre, surgió en el entrenamiento una pelea (como tantas otras veces) entre el 5 y el 8 y de a poco se fueron sumando los demás. En eso, el 10, favorito del DT Raúl Callaras, pronunció las célebres palabras: "Dejad de pelear, compañeros, ¿acaso no somos todos hermanos?". El DT entonces decidió que "el Club" (refiriéndose al desorganizado equipito de fúlbo) se llamaría "Todos Hermanos Club", pero para evitar equívocos, agregaron la palabra Fútbol entre Hermanos y Club, de modo que las siglas fuesen THFC. Impronunciable y feo, seguro, pero tenía sentido, ya que los jugadores eran efectivamente todos hermanos o medios hermanos; más aún: de los 18 jugadores (incluidos suplentes), 13 tenían el apellido Callaras y eran hijos biológicos de Raúl, mientras que el resto eran hijos adoptivos del mismo. Por eso, de alguna manera, eran "Todos Hermanos". Vale agregar que el jugador número 10 se manifestaba como "ateo, por el amor de Dios, ateo", lo cual elimina cualquier residuo de confusión del asunto.
El hecho de que 13 hermanos biológicos estuviesen en buena edad para jugar al fútbol es fácilmente explicable teniendo en cuenta que la señora de Callaras había tenido, después de su primogénito Juancito, el nº 10 del equipo, tres camadas de cuatrillizos. Lo que no es de ninguna manera fácil de explicar es cómo pudo esta mujer sobrevivir a semejantes partos. Ni cómo hacían para mantener a tantos chicos. La realidad detrás del particular equipo es realmente oscura y misteriosa.
También es curioso que en el equipo jugaban las hijas de Callaras y Carente, que en total sumaban 5 jugadoras, todas suplentes menos una, la arquera Augusta Carente, adecuadamente carente de femineidad, belleza y buen gusto, pero nada falta de talento en la portería. Ningún otro equipo en la liga local de aquel pueblo tenía jugadoras mujeres, pero aparentemente permitían equipos mixtos. Sin embargo, se desconoce, como tantas otras cosas, el nivel socioeconómico de Callaras en el pueblo; se puede suponer que si podía mantener a esa familia y al (minúsculo y cerradísimo) "club", él mismo puede haber obligado a cambiar las reglas de la liga local. Una última teoría sostiene que el único equipo local era el THFC, y que por esta razón poseen todos los títulos disputados durante su corta existencia, además del dominio total sobre las reglas del juego.
Lamentablemente, un día como hoy pero de 1992, fallecían en un acontecimiento confuso Tomás Carente y Eugenia Callaras, lo cual llevó a la inmediata disolución del equipo. Las malas lenguas dicen que Tomás y Eugenia estaban saliendo, dándole a la denominación de "Todos Hermanos" un poco sano márgen de duda, y para evitar tal cosa, el menor de los Carente (carente de cerebro, por lo visto) decidió eliminarlos del camino. Al día de hoy no se ha podido descartar este rumor, ni se ha encontrado ninguna prueba que permita sospechar semejante cosa, excepto las palabras del viejo Suárez para el diario Crónica: "Eugenia era una chica tan bonita...".

En recuerdo de tan trágico suceso, suenan ahora las estrofas de la canción "Requiem" de Cave In, por pura casualidad. Desconozco de qué trata la canción pero este disco Jupiter está bueno. Hay un montón de canciones y discos con este mismo nombre, ninguno con demasiado respeto a la misa de responso ni a la música clásica. Una excepción puede ser la trilogía Requiem de Virgin Black, bastante sinfónica y más triste que un miércoles lluvioso. Pero yo me refiero a cosas como Into Night's Requiem Infernal de Novembers Doom o el último tema del último de Minsk, onda, nada que ver. Les debería algunas reviús y cosas así pa que me entiendan de que les hablo.

No pongo más videitos porque se que nadie los ve. BUUUUU.

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